Describe un importante aspecto de la filosofía taoísta en el cual la forma más adecuada de enfrentarse a una situación es no actuar (forzar).
El Wú Wéi en la filosofía del Tao, es la acción sin acción intencionada, donde no debe confundirse el no actuar en el sentido de no hacer nada.
Wú Wéi también significa "sin esfuerzo" y "crecimiento".
Las plantas crecen por Wú Wéi, es decir no hacen esfuerzos para crecer, simplemente lo hacen.
El Wú Wéi sería, pues, una forma natural de hacer las cosas, sin forzarlas mediante artificios que desvirtúen su armonía y principios.
Wú Wéi no es el cese de toda acción; ya que el Tao se adquiere en el proceso del camino de la vida, sino que el Wú Wéi es el cese de la acción motivada. Es el cese de la acción inducida por los deseos y por el apego al reino ilusorio de los sentidos.
Algunos capítulos del escrito más importante del taoísmo, el Daodejing o “Tao Te Ching”, atribuido a Laozi, hace alusión a la "acción decreciente" o "voluntad menguante", como los aspectos clave en el éxito del sabio. La filosofía taoísta reconoce que el universo ya funciona armoniosamente de acuerdo con sus propios principios; cuando el ser humano enfrenta su voluntad contra el mundo, altera la armonía que ya existe. Esto no significa que las personas deban renunciar a su voluntad. Más bien, se trata de cómo actuar en relación a los procesos naturales críticos existentes.
El Wú Wéi también ha sido traducido como "quietud creativa" o el arte de "dejar ser". Esto no supone un desdén de la razón, más bien es una manera de entender que el Tao está dentro de todas las cosas y seguir ese "camino". Una manera de imaginarse el Wú Wéi es a través de los escritos de Laozi, donde indica cómo gobernar su reino. En ellos, compara las actividades de gobernar y freír un pescado —mucho calor y la comida se arruina—, es decir, mantener el orden pero no oprimir. Para lograr esto, hay que comprender las costumbres del pueblo y no ir en contra de ellas.
Desde que uno empieza a cultivar el Tao, alcanza más armonía con el Tao y, de acuerdo con otro gran filósofo Taoísta antiguo, Zhuang Zi, logra un estado de Ming o "clarividencia" (similar al estado de Satori en la práctica zen, el éxtasis en la mística cristiana, el nirvana budista, y cualquier otro tipo de iluminación descrita en tantas religiones y prácticas espirituales).
Es, por tanto, la práctica del pensamiento Wú Wéi un modo de actuar que no deja trazas en la naturaleza, invisible, armonioso y que no se delata a sí mismo. Una especial forma de fluir sin influir, de vivir sin interrumpir y de favorecer sin impedir.
Podemos resumir el pensamiento Wú Wéi como el dejar estar o dejar fluir. La aceptación del mundo por medio de la aceptación de sus reglas naturales, las cuales no deben tratar de ser cambiadas para alcanzar mayor bienestar ya que con esas acciones sólo conseguimos desequilibrar el Tao, obteniendo por fin todo lo contrario de lo que pretendíamos: incomprensión y sufrimiento.
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